Colores, dibujos, música, sonidos vuelven a formar parte de nuestro mundo cuando un buen día nos despertamos y nos encontramos con esa personita que nos ilumina la vida. Y el deseo de darle lo mejor a nuestro alcance para verlos felices, nos convierte en animadores, payasos, mimos, cantantes, médicos y a algunos, diseñadores Sí, algo así es el origen de esta historia que, con la llegada de mi segundo hijo en al año 2001, dio un adiós a la profesión de traductora pública de inglés para incursionar con el alma en esta carrera.
Mi inspiración fueron mis hijos. Rosas, brillos, encajes y tules para mi princesa. Celestes, rojos, castillos y héroes para mi príncipe. Y así nació Lechezucca. Con un juego de palabras con mis hijos en la playa. Y desde ese día, no paré más.
Y sí, esta historia no para. Es una pasión que junto a mi equipo de trabajo tratamos de demostrarla año tras año en nuestras colecciones. Lechezucca está dedicada a las personas que guardan afectivamente en su corazón al niño que una vez fuimos.